lunes, 2 de marzo de 2015

Gral EP Julio César Guerrero (Cajamarca 1887-1982) : Águila negra del Ejército Alemán


Julio César Guerrero
(Cajamarca 1887-1982)

Teniente coronel del Ejército Peruano
Oberst (Coronel) del Ejército de Alemania
General del Ejército de Bolivia



Águila Negra del ejército alemán
Majestuosa y legendaria se presenta la figura y carácter de este oficial peruano del arma de artillería, maestro en el arte de la guerra de guerrillas.

Cuanto más grande resulta el olvido en que la historia nacional le tiene sumido, su fama, ocultada por cortinas de ingratitud, inopia y estulticia se agiganta con los años dentro de los escasos círculos de quienes lo tenemos presente y respetamos su memoria. Hay una deuda con él.

Ni su estupenda preparación militar, la severa experiencia de combate adquirida en notables campañas internacionales, su dominio del idioma alemán y dotes didácticas, le resultarían suficientes para que le fueran reconocidos méritos que jamás buscó; tampoco el hecho poco frecuente, sino único, que durante su estancia en Prusia como ayudante del ministro diplomático del Perú, general Andrés A. Cáceres, tan admirado por el Kaiser Guillermo II y a instancias de este emperador, tomase la dirección de la revista militar alemana De re bellica en tanto que, además, se desempañaba en calidad de coordinador del estado mayor alemán, bajo el mando del general Paul Emil von Lettow-Vorbecken, a quien habían confiado la defensa de las colonias de Alemania en el África central, Camerún y Tanganika, la Tanzania actual, en la Gran Guerra; estos hechos serían insuficientes o la causa, agregamos, para que la posteridad no quiera reconocerle su singular importancia.

Su experiencia en el ataque y resistencia con guerrillas, comprende un vasto escenario de campañas, que por lo apasionante, no hay espacio suficiente para hacerle homenaje; tampoco es necesario pretender hacer historia de todas ellas (Frente ruso de los Lagos Masurianos; su contacto con los generales Hindenburg y Ludendorff y la victoria de Tannenberg; su participación como asesor en la Guerra de Bolivia contra el Paraguay, llamada Guerra del Chaco; en las guerrillas de China; etc.; etc.)

Deseo concretarme a su valiosa actividad en Prusia durante la Gran Guerra.

Primera Guerra Mundial, África central

El mayor Julio C. Guerrero, se agrega a las tropas del Deutsche-Afrika Schutztruppe (Fuerza alemana de protección de África) que en 1914 ya se encontraban en el África oriental alemana a las órdenes del coronel, luego general, Paul Emil von Lettow-Vorbeck, quien contaba únicamente con las escasas fuerzas de la zona, unos 3000 soldados alemanes apoyados por 12 compañías de nativos guerreros o askaris.

Las fuerzas británicas coloniales de Rodesia, reforzadas por tropas expedicionarias fuertemente equipadas procedentes de la metrópoli eran una severa amenaza. Alemania se empeñaba en un largo frente en Europa y no era posible distraer elementos; por estas consideraciones y usando el sentido práctico de la economía y eficiencia alemanas operaría von Lettow-Vorbecken.

La participación del militar peruano en su calidad de coordinador del estado mayor, resultaba importante entonces, pues llevaba aprendida la escuela adquirida en el Perú y enseñada por el general Andrés A. Cáceres en su resistencia de la Breña durante la Guerra del Salitre (1879-1883), una experiencia rica en organización, concepción logística y golpes de sorpresa que lo hizo célebre contra el invasor chileno en las serranías del Centro del Perú, muy útil por tanto al habilísimo von Lettow, parangón del general Andrés A. Cáceres, conforme se puede conocer en el siguiente enlace. (Ver)

Von Lettow-Vorbeck, al iniciarse la guerra en Europa, es sordo a los mandatos de Berlín de mantenerse a la defensiva, pues en el terreno de las operaciones militares tenía la convicción que la única posibilidad de victoria consistía en un buen ataque contra las colonias de los aliados que rodeaban a las posesiones alemanas, antes de que estuviesen preparados para repelerlo, es decir una aplicación de conceptos decisivos de previsión y anticipación.

En noviembre de 1914, las tropas coloniales británicas iniciaron un ataque anfibio contra la ciudad de Tanga, a los pies del célebre Kilimanjaro, la montaña más alta del África, que se convertiría en la mayor batalla de la I Guerra Mundial en suelo africano y fueron derrotadas por aquellas escasas tropas alemanas, que luego pasaron a la contraofensiva con ataques a las líneas del ferrocarril construido por los británicos.

El 18 de enero de 1915 este cuerpo de ejército, notablemente eficaz, aunque escaso de hombres y pertrechos, volvió a derrotar a los británicos en la batalla de Jassin. Estas victorias iniciales le permitieron capturar nuevas armas y víveres al enemigo con los que pudo suministrarse mejor al pequeño ejército, pero a costa de considerables bajas.

En la Batalla de Tanga, de 1914 -la mayor victoria de Paul von Lettow-Vorbeck en África- aquel cuerpo germano quedó seriamente disminuido en hombres y equipos lo que le forzó al cambio de estrategia, sustituyendo los combates directos por la guerra de guerrillas contra los británicos en sus colonias de Kenia y Rodesia. Aquí el mayor Julio Guerrero habría de recomendar, poner en práctica, colaborar con los planes y adquirir, por reciprocidad, mayor experiencia en la ciencia de la guerra de guerrillas, conformada además por soldados nativos, aportada, qué duda cabe, de la gran experiencia peruana, escasamente 32 años antes en los breñales de la sierra central.

Con el claro propósito de dar alivio y facilitar la victoria alemana en el frente de Europa occidental, el exitoso general von Lettow, dispuso múltiples y sorpresivos ataques contra fortificaciones, líneas de ferrocarril y comunicaciones para forzar también a los británicos a enviar más hombres y armas al África a costa de retirarlos de Europa.

En marzo de 1916, cuando los británicos lanzaron una nueva ofensiva con 45000 hombres, los alemanes, nuevamente, se aprovecharon de su conocimiento del terreno para emboscar al enemigo, infligiéndole grave derrota en Mahiwa, en octubre de 1917, allí los británicos perdieron 1600 hombres y los alemanes sólo 100, lo que prueba lo eficaz que resulta, pese a las contingencias, un puñado de soldados hábilmente dirigidos y con un estupendo soporte de estado mayor.

El 13 de noviembre de 1918, dos días después de producirse la rendición de Alemania, sin condiciones, vuelven estos estupendos soldados-guerrilleros a derrotar a los británicos en Kasama. Finalmente, enterado Paul Emil von Lettow-Vorbeck que la rendición alemana era un hecho, sus tropas entregaron las armas en Abercorn, actualmente Zambia.

Corolario
Su ancianidad transcurrió en su modesto hogar en Cajamarca, rodeado de su familia y considerable biblioteca que comprendía, entre valiosos libros más de sesenta obras editadas e inéditas, de ellas Guerra de Guerrillas y Belicología que las ofreció al Ejército en calidad de donación, gesto tratado con desdén por quienes en los años 70s tenían a su cargo los asuntos del Ejército, clara muestra de envidia y mezquindad, bajo pretextos intonsos de falta de dinero; finalmente el editor centroamericano Carlos Milla Batres compró los libros y derechos de autor de nuestro biografiado. Estupenda biblioteca que debería pertenecer a la nación.

El mismo sentimiento negativo hizo que al autor, entre otros, las Memorias del General Andrés A. Cáceres o La Guerra de las Ocasiones Perdidas, al celebrado conferencista en materia de resistencia y guerrilla, no se le reconociera sus grados de coronel del ejército alemán y general del ejército boliviano.

Murió en la modestia de su hogar y dentro de la pobreza a la edad de 95 años y hasta el último de sus días su pensión fue honrada por el Congreso de Bolivia.

Fue, qué duda cabe, un selecto Schwarze Adler (Águila Negra) del Kaiser.


FuentesWikipedia
Luis Siabala Valer


Memorias Del General A. A. Cáceres. Ed. Milla Batres, Lima, 1986
Foto, Idm.

2 comentarios:

  1. es un ejemplo de peruano, de quitarse el sombrero a quien se debería estudiar en los libros de historia del Perú, en vez de los traidores de nuestra patria y corruptos como Nicolás de Piérola, Prado, Oscar R. Benavides entre otros, que los historiadores fueron cómplices de las autoridades corruptas, los pusieran en nuestros libros, mintiendo que ellos eran los verdaderos héroes, y no dando a conocer a este ilustre peruano, desconocido por muchos e inclusive por los propios miembros del ejercito.

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    1. Tengo entendido que "la historia la hacen los vencedores" en este caso los de la primera guerra mundial de ahí el veto,la indiferencia.

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